El Pañuelo de San Valentín o Pañuelo de las Peticiones, es una pieza artesanal tradicional de la zona de Miño, que data de los siglos XVII y XVIII.
Esta pieza, confeccionada con una fina tela de lino o algodón, estaba bordada con diversos motivos y colores. Inicialmente se bordaban a punto de cruz con los colores negro y rojo. Con el tiempo se adoptaron otras técnicas más rápidas y sencillas de bordar y con colores más variados.
Las muchachas en edad de casarse bordaban pañuelos con versos y dibujos para entregar a su amante que se marchaba. Los hombres partieron para ganarse la vida en otros lugares, para la guerra o para embarcarse en barcos en la aventura de la expansión. Cuando llegó el momento de despedirse, la enamorada entregó su pañuelo a su amante, como una carta de amor indestructible.
El pañuelo, compuesto por cuartetas y símbolos, a menudo estaba mal escrito debido a la escasa alfabetización de la población en ese momento.
La tradición se mantuvo, y cuando a las chicas solteras les gustaba un chico, le ofrecían una bufanda bordada. Si el muchacho lo usaba en público, sobre su abrigo, alrededor de su cuello, en el ala de su sombrero o incluso en la punta del bastón que solía llevar consigo, demostraba que había comenzado el noviazgo. Si al chico no le interesaba, le devolvía el pañuelo a la chica.
¡Esta bufanda era una especie de anillo de compromiso, que fue ofrecido por la mujer!
Barco que vais para o mar
deixas no cais a saudade
de quem quer sempre lembrar
teu abraço de amizade.
Barco yendo al mar
dejas la añoranza en el muelle
a quien siempre quieres recordar
tu abrazo de amistad.
Companhia Atlântica se inspiró en los pañuelos de los novios para crear un delantal, un tablero de mesa y una manopla, todos 100% algodón.